El Taiko no solo es música de percusión, es movimiento, energía, juego, ritmo,
coordinación, fuerza, resistencia, concentración y sobre todo disfrute. Mientras tocamos
trabajamos la escucha, tanto a tus compañeros como a ti mismo, la presencia, la precisión
del golpe y el control de nuestro cuerpo junto a la respiración.
El Taiko no solo es tocar, es la preparación de todo lo anterior y posterior a la práctica, la
disciplina intrínseca en la práctica y aprendizaje de un arte oriental y el respeto y el
conocimiento hacia la historia y el origen del mismo.