El cuerpo del Taiko está hecho de una sola pieza sacada del arbol japonés Keyaki, Zelkova Serrata.
La pieza se corta y se vacía por dentro creando así diferentes tamaños de Taiko.
Una vez vaciada y pulida por fuera dándole la forma que se quiere conseguir, se hace el tallado interior de la pieza que afectará directamente a la vibración y al sonido de ese Taiko.
Algunos tallados hacen que la vibración sea mejor para tocar en teatros o auditorios cerrados y otras mejora el sonido para tocarlo al aire libre.
La piel de los parches suele ser de vacuno, aunque también puede usarse de búfalo o de caballo.
Una vez colocada en el cuerpo, se agarra y se tensa durante varios días hasta conseguir la afinación deseada, ya que una vez sujeta con las chinchetas, no se podrá volver a tensar. Esto hace que cada Taiko sea único y diferente del resto.